lunes, 23 de noviembre de 2009

Cócteles y Coctelerías (Mdrd+Bcn); Rendidos a la Cultrua del Cóctel

(Créditos del Report: www.notodo.com)

En el momento de escribir estas líneas es muy posible que las acciones de alguna empresa estén cayendo. También es más que probable que algún gobierno europeo haya tenido que inyectar dinero en el banco de turno. La verdad es que los tiempos pintan complicados para andar con sofisticaciones. Y sin embargo, la cultura del cóctel se ha ido instalando en nuestras ciudades, devolviéndonos sabores, formas y colores propios de un filme de Dean Martin. No es de extrañar; a una media de 10 euros la copa, lo menos que se puede pedir es que, como poco, nos sorprenda y el trago implique cierta “mano de obra”. La nueva y extendida costumbre de sustituir el viejo (y siempre respetable) gin tonic, por un Dry Martini (entre las miles de variantes) responde a una voluntad de cambiar calidad por cantidad en un momento en que las cantidades de muchas cosas empiezan a ser escasas. Pero, ¿cómo empezar a sustituir el sempiterno cubata por un Gimlet o un Old Fashioned? Es fácil perderse entre nombres y variantes. Lo mejor es no tirarse el rollo (algo difícil si se es hombre y hay alcohol y ambiente nocturno implicados) y confiar en la bondad de ese desconocido llamado barman que, con el tiempo y su buen hacer, se convertirá en tu amigo. En Negroni (Barcelona), por ejemplo, la vocación pedagógica es ejemplar. El camarero somete a una serie de preguntas sencillas a los novatos y propone algunas de las especialidades de este establecimiento del Raval. Quienes esto escriben cumplimentaron este test con sobresaliente, de ahí que no sea raro encontrarnos en el mencionado local, Whisky Collins en mano (variación whiskera del conocido Tom Collins, de base ginebra).

Aunque si la crisis es realmente acuciante, la propuesta puede ser comprarse un manual y sustituir las penosas fiestas privadas de cubalibres en vasos de agua por una degustación en toda regla. Una coctelera, hielo de calidad, trituradora y colador de ídem (es esa cosa metálica con agujeritos y una especie de muelle) pueden ser un punto de partida para introducirse en este mundo de fantasías espirituosas. Y quién sabe, quizá encuentras la salida a la crisis y una nueva vocación en el fondo de un vaso (no bebiendótelo, sino llenándolo). Internet está repleto de recetas (empezando por la mismísima Wikipedia) y, si eres algo más purista, puedes adquirir alguno de los manuales clásicos que se han reeditado con motivo de la vuelta de esta sana (la moderación lo es todo; como decía Dorothy Parker: Me gusta tomarme un Martini, dos como mucho; después de tres estoy debajo de la mesa; después de cuatro, debajo del anfitrión) costumbre. Por cierto, si al leer el titular has pensado en los mojitos del todo a cien que proliferan en este país, ésta no es tu página.

Dónde degustarlos
Dry Martini. Aribau,162-166. Barcelona
Negroni. Joaquim Costa, 46. Barcelona
Boadas. Tallers, 1. Barcelona
Gimlet. Santaló, 46. Barcelona
Speakeasy. Aribau, 166. Barcelona
Museo Chicote. Gran Vía, 12. Madrid
El Cock. Reina, 16. Madrid
Del Diego. Reina, 12. Madrid
Soho. Jorge Juan, 50. Madrid
José Alfredo. Silva, 22. Madrid

Bibliografía recomendada:
En Cocktail Kingdom encontrarás todos los manuales clásicos reeditados. Cuando decimos clásicos, nos referimos a guías y recetarios con más de un siglo en su haber, ¡ahí es nada! ¡Chúpate esa, Red Bull! Si te quieres lanzar a este apasionante mundo (Visa en ristre, eso sí), puedes adquirir incunables como The Fine Art of Mixing Drinks, de David A. Embury, o Barflies and Cocktails, de Harry McElhone. Más moderno aunque igualmente imprescindible es el recién publicado The Essential Cocktail, de Dale Degroff.

Cómo hacerlos:
www.bebidasycocteles.com
www.barradecocteles.com
www.mycoctel.com

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